30.1.12

Jessica.

Me perdí en sus zapatos de niña de colegio de pago. Los quería. Todo su ser emanaba un espíritu estudiantil que me hacía entrar ganas de volver a la universidad. Jessica llevaba sólo unos pocos meses en Berlín, pero vivir sola la había hecho crecer todo lo que en casa (die Schwarzwald) no la dejaron.

3 comentarios:

  1. ay Berlín, Berlín, y las chicas que se van a Berlín. :)

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  2. Qué blog más interesante! Te sigo y añado yo también :)
    (y si no lo hago en twitter, dime quién eres y lo hago también :))

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Mi caja de cerillas no es muy grande... Pero seguro que puedo hacer un huequito para la tuya :)