27.1.11

Radiografía de un juego sin reglas.

Tic-tac. Tic-tac. Tic-tac...
"Mucho tiempo" es demasiado tiempo.
Sudar clandestinidad.
Doler hasta el hueco que hay detrás del ombligo.
Electricidad limítrofe que hace que se te salga la magia por las orejas.
Tic-tac... Se oye desde lejos.
Hasta donde la sordera se vuelve adictiva.
Sí, no y también.
Tic-tac... El juego acaba de empezar.

16.1.11

Desde la tercera fila hay mejor perspectiva

Pseudoprincesas al ataque
palidecer de repente
oxidar lo que no hace falta
porque la cremallera está atascada.

Mil y dos defectos nada humanos
pasando frío a medianoche
y es que la cara es el espejo del alma
aunque no seas lo que dijiste.

El pasado siempre vuelve
sin tener invitación
me desmonté y
aún sigo buscando mi manual de instrucciones.

Juegos de patio de colegio
esta vez sin uniforme
expedientándonos de vez en cuando
siendo al día un poco más valientes...

Y un poco menos humanos.

11.1.11

La cocina de Eric

Me llamo Marina y por ahí dicen que soy una llorica. No es que me enorgullezca de ello, pero es imposible combatir a los bigotes de leche que se sientan en la última fila de mi clase de mates. Me gusta coleccionar cosas, desde gomas de borrar hasta cromos de futbolistas. Pero nunca llego hasta el final.
Hoy es un día de esos gris bonito: gris porque el cielo quiere obligarme a tener cara de pomelo y bonito porque Eric me ha invitado a desayunar. Eric está muy guapo con barba, pero no se lo digáis que él es muy de creérselo sólo para hacerme la puñeta.
Estamos en su cocina... Me gusta su cocina: está toda decorada en verde y blanco y tiene dos fotogramas de Taxi Driver pegados en la nevera. Tengo delante de mí un bol enorme de fresas con leche condensada, que sabe que me encantan. Él, para variar come cereales, de esos que son bolitas de chocolate... Y cuando se cree que no me doy cuenta, intenta colarme alguna por el escote.
Hace tiempo que he empezado una nueva colección: me estoy aprendiendo su magia por fascículos. Pero no quiero contárselo aún, por miedo a que piense que no voy a terminarla.

Ahora que no me mira... ¿Se lo digo? ¿O no? ¿Y si se enfada conmigo por no habérselo contado antes? Bueno, da igual, si hasta cuando se enfada está guapo...


-Eric... ¿Te puedo pedir una cosa?
-Lo que quieras.
-Es que... Estoy coleccionándome tu magia, y los únicos fascículos que me faltan son "Maratón de Saw en mi sofá mientras me repites una y otra vez que te encanta besar a las chicas miedicas" y "Cena donde sea sin relojes ni móviles". ¿Crees que podrás hacerlo?
-Palomitas dulces y cocino yo, ¿hecho?
-Hecho.

7.1.11

Paradigma del mal jugador

El mal jugador suele ir de farol si hay más gente mirando (por aquello de sentirse amenazado y tal), y sólo en el uno contra uno consigue reunir el v(c)alor suficiente para sacar ese as escondido en el bolsillo interior de la americana.

Y es que en este casino, si tienes una mala mano no palmas pasta... Te puedes cargar un corazón. Que no sé yo qué es peor.

4.1.11

La vida es puro teatro

"Si la vida es puro teatro, el apuntador debería hablar un poco más alto".

(Anónimo)


Sólo espero no ser la única que tenga que pedirle un audífono a Baltasar...